jueves, 14 de abril de 2016

geografía - La cuenca del plata

La Cuenca del Plata.

La Cuenca del Plata
 
Desde  un punto de vista hidrográfico una  cuenca es el área que tiene una  salida única para su escorrentía  superficial (UNESCO/OMM, 1992). Se  trata de una región geográfica  conformada alrededor del río, el  emisario, como columna vertebral del  sistema. La cuenca del río de la  Plata se abre en forma de abanico a  partir de la desembocadura  desplegándose dentro de la jurisdicción de  cinco países.  Abarca gran  parte del sur, del sudeste y del centro-oeste  de Brasil; el SO de  Bolivia; gran parte de Uruguay; todo el Paraguay y  casi todo el norte,  la mesopotamia y la pampa húmeda de la Argentina.
Es una de las cuencas más extensas del mundo con una superficie aproximada de 3.100.000 km2,   equivalente al 17 %  de la superficie de América del Sur. Por su   extensión es la segunda después de la amazónica en esta parte del   continente y constituye el área donde se concentra una importante   actividad económica y la mayor densidad de población. 


La mayor parte de esta área de drenaje se encuentra en Brasil, donde alcanza 1.415.000 km2, luego le sigue la Argentina, 920.000 km2, Paraguay, 410.000   km2, Bolivia, 205.000 km2 y Uruguay 150.000 km2. Teniendo  en cuenta que la región tiene  sus coordenadas extremas entre los  paralelos  14° y 38° S y los  meridianos 67° y  43° 30´ O, es fácil  advertir que existe una gran  variación de características y condiciones  físicas y ambientales, además  de los factores culturales, económicos y  sociales en estrecha  interrelación con aquellos. Abarca desde el  altiplano de Bolivia al  Océano Atlántico, y desde la Chapada de Parecís  en el planalto, que la  separa de la hoya amazónica, hasta el  Atlántico.

Relieve


Desde  el punto de vista del relieve  sobresale el claro predominio de las  llanuras. A grandes rasgos, en la  Cuenca del Plata se pueden considerar  dos estructuras dispuestas de  norte a sur: por el este se encuentra el  macizo matogrosense algo  deprimido en su parte NO y al oeste la  llanura pampeano-chaqueña, una  vasta región casi plana. En medio de  ambas, el umbral central, que  incluye el Pantanal. El relieve con  alturas más importantes se encuentra  en los bordes. A lo largo del  borde oriental hay un cinturón orogénico  rico en yacimiento minerales y  en el occidental, las sierras pampeanas y  andinas.

Clima


De  forma muy general se puede decir que las mayores  lluvias coinciden con  las nacientes de los ríos Paraguay,  Paraná y  Uruguay y que el  registro medio anual de las precipitaciones decrecen de  norte a sur y  de este a oeste.
Las  temperaturas están influidas tanto  por la latitud como por el relieve.  Sin entrar en mayor detalle se puede  afirmar que las temperaturas  disminuyen de norte a sur. El trópico de  Capricornio atraviesa la  cuenca desde la ciudad de São Paulo en Brasil  hasta la provincia de  Jujuy en la Argentina, con lo que el 40 %  pertenece al cinturón  tropical. En la mayor parte de la cuenca las  temperaturas anuales  suelen ser de más de 20 ° C.

Suelos


Desde  el punto de vista edáfico, la  Cuenca del Plata concentra la mayor  parte de los suelos con mejor  capacidad de producción en América del  Sur. No sólo en cuanto a la  extensión actualmente en uso, sino porque  muchas áreas se pueden  incorporar o aumentar en su rendimiento  agrícola-ganadero con el empleo  de técnicas de manejo adecuadas.


Recursos naturales


La  vegetación ha constituido la base económica para  el desarrollo de la  región. Las grandes extensiones de pastos naturales  fueron la base de  la ganadería en la Argentina y Uruguay.
Hoy  en día la producción agropecuaria y la industria  que genera continua  siendo en gran medida la base de la economía. Esto  se advierte en el  impacto que tienen en el comercio mundial algunos de  los principales  productos de la región, como el café, la carne y los  cereales y en el  papel que este tipo de productos juega en la balanza de  pagos de los  países.
La extensión dedicada a estos  cultivos representa una  parte pequeña del total del área de la cuenca,  aunque hay una marcada  tendencia a la extensión de la zona de cultivos,  con la incorporación de  áreas de borde mediante el uso de modernas  técnicas de manejo agrícola,  tal es el caso del cerrado en Brasil y de  las zonas semiáridas en la  Argentina.
Los  recursos forestales son importantes  en el área que comprende el sur de  Brasil, el este del Paraguay y el NE  de la Argentina, donde no sólo  son más ricos sino también más  explotados. Hay, además, grandes áreas  en Paraguay, el oriente de  Bolivia y el oeste de Brasil donde la  magnitud de las posibilidades de  aprovechamiento todavía no está bien  determinada. La presión de la  búsqueda de nuevas tierras para la  agricultura, la demanda de ciertos  tipos de madera, las prácticas de  desmonte y quema de la vegetación han  sido causa de un agudo problema  de deforestación. Todos los países de la  cuenca han hecho estudios en  plantaciones forestales y han encarado  programas de reforestación.
La  producción  mineral ocupa un lugar  importante entre las actividades  económicas de los países de la región,  aunque no es un área altamente  productora de minerales. Bolivia, si bien  tiene dentro de la cuenca  poca extensión de territorio, tiene depósitos  de hierro y manganeso muy  cerca de Puerto Suárez. En los bordes de la  franja andina existen  reservas importantes de gas y petróleo.  Bolivia y  la Argentina  producen la mayor cantidad de petróleo de la región.
En  las serranías costeras de Brasil  abundan el hierro y el carbón y, si  bien algunas de las zonas más  importantes quedan fuera de sus límites,  de todos modos se produce una  gran cantidad de minerales.Los minerales  proporcionan una importante  cantidad de materia prima para la industria  local.
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LA HIDROVÍA AVANZA CON FUERZA



 Ver el siguiente link: 

http://www.ceibal.edu.uy/userfiles/P0001/ObjetoAprendizaje/HTML/Caminos%20en%20el%20agua_EValejo_S.elp/index.html


 “El Pais” Lunes 26.01.2009, 18:10 hs l Montevideo, Uruguay
Horacio López. Hace 20 años transportábamos 500 mil toneladas y hoy se mueven 14 millones
Emilio Cazalá


A pesar de las puntuales obras que los gobiernos han incorporado al sistema Hidrovía Paraguay-Paraná (HPP), el armador argentino sostiene que es la propia fuerza del transporte fluvial y el desafío empresarial privado que los han hecho avanzar.
"En la Hidrovía Paraguay-Paraná ya funcionan más de dos mil barcazas y 100 remolcadores de empuje de gran potencia, mientras continúa creciendo el volumen de cargas y esto significa que estamos creciendo". Así lo afirmó el armador argentino Horacio A. López, actual presidente de la  Comisión Permanente de Transporte de la Cuenca del Plata, en una entrevista exclusiva para El País previo a su disertación en el Foro Symbarge 08.
"El principal rubro de cargas que se maneja en la  Hidrovía, expresó, son los granos, luego minerales y le siguen los combustibles, este último un movimiento hacia el norte. Este esperado crecimiento de cargas -agrega nuestro entrevistado- ha disparado la inversión en el bajo Paraná en más de dos mil millones de dólares y el mismo efecto se ha producido también del lado uruguayo, ya que tenemos a Nueva Palmira como un gran puerto de transbordos que muestra un fecundo y constante crecimiento".
BARCAZAS. Detalló López que hay diversos tipos de barcazas que navegan por el sistema: las hay para transportar granos, minerales, combustibles, cargas secas, líquidas, cargas sólidas de tipo delicado con diferentes capacidades. También entre carga y carga se hace limpieza de bodegas y/o se ve la adaptación del fondo de la barcaza para determinada mercadería. Cada empresario construye las barcazas según las técnicas aceptadas, pero de acuerdo con las necesidades de la carga y ésta es la que manda. Cuando se transportan químicos son barcazas chicas y cuando son combustibles son mucho más grandes porque la mercadería o la carga así lo exige. Respondiendo a la idea de unificar medidas de las barcazas y tonelajes, Horacio López dijo que sería lo ideal porque la forma del convoy tal como se arma, constituye una unidad muy firme con líneas de agua parejas en proa y en popa. "De manera que vemos positivamente barcazas de similar forma y calado para no entorpecer la navegación y su velocidad o pérdida de rendimiento del remolcador. Y eso permite además que el convoy pueda ser transportado por cualquier otro remolcador como alternativa.
Sobre los "transit time" de los trenes de barcazas, Horacio López admitió que muy al principio hubo un avance, pero éste se ha quedado en el tiempo porque el río sigue igual, hay crecientes y bajantes y no estamos en condiciones de regularlas, mayormente porque no se han hecho obras que puedan cambiar las cosas. Tampoco tenemos el caudal mínimo para poder navegar todo el año.
DRAGADOS. Sobre los dragados necesarios en la  Hidrovía, Horacio López dijo que es un tema muy sensible en el que deben ponerse de acuerdo los cinco países y no parece fácil. Hay que buscar algún sistema, si es por concesión de obra, por peaje, por servicio público; o sea que los Estados hacen las obras en cada una de sus jurisdicciones donde ejercen soberanía y ver la posibilidad de aplicar peajes en función de la carga que embarcan o en función de la zona navegada; son ideas en las que hay que ponerse de acuerdo para aplicar una cuota de participación y solventar los gastos que deriven de tales obras de dragado y balizamiento. Sobre este tema añadió que hoy "tenemos tres asuntos en la Hidrovía que son prioritarios: dragado, balizamiento y capacitacion de los personales de barcazas y remolcadores".
MARINOS. Tenemos falta de personal y falta de especialización. Ahora son muy buenos los salarios, la preparación profesional de oficiales y marinos fluviales se ha extendido a dos años y medio y nosotros los armadores estamos tratando de despertar vocaciones concediendo becas, estamos procurando por estimular el estudio, haciendo viajes de promoción. Así como hemos mejorado las embarcaciones, tratamos igualmente de dotar a las tripulaciones de más facilidades para que la vida a bordo sea más confortable. Pero nos falta personal.
El tonelaje que se transporta por la Hidrovía -dice López más adelante- es alrededor de los 12 millones de toneladas, aunque el año pasado se llegó a los 14 milllones.
Pero ahora tenemos tres nuevos actores que sin duda modificarán sustancialmente estas cifras: Siderar, empresa siderúrgica argentina establecida en San Nicolás, obviamente gran consumidor de minerales, y para el exterior tenemos Río Tinto una enorme empresa que incluso está ensayando nuevas metodologías de transporte por la Hidrovía con un formidable equipamiento electrónico; luego tenemos Valle do Rio Doce y ahora la empresa Jindal de la India que está instalada en Bolivia. Es claro, tampoco perdemos de vista los tiempos críticos que estamos viviendo hoy que pueden traer cambios.
POLO PROGRESISTA. La Hidrovía como principio de transporte hay que verlo como un importante polo de desarrollo que trae aparejado la participación de la sociedad, de la industria local toda, la producción de componentes, financiación, ampliación de puertos, logística, multimodalismo, cultura y caminos de integración.
CANAL TAMENGO. Preguntado sobre el canal Tamengo, López dijo que presenta varios problemas. Los últimos estudios dicen que es piso basáltico, con lo cual resulta muy costoso de dragar. Luego, a la entrada del Tamengo tenemos la famosa toma de agua de la ciudad de Corumba y además una piedra enorme en la boca que obstruye la navegación. Pero en función de las cargas actuales no es necesario que entre todo el convoy, sino fraccionarlo de a cuatro barcazas porque son apenas tres kilómetros; pero son problemas específicos que tendrán que solucionarse en algún momento y esto se hace con obras.
PUERTO BUSCH. En cuanto a la salida por puerto Busch, un viejo proyecto boliviano, creo que está incluido en un acuerdo de alto valor con la empresa India Jindal, de explotación del yacimiento El Mutum. La idea es agregar valor a este enorme proyecto que incluye amplia superficie, puertos, facilidades, electricidad y gas y Bolivia lo tiene.
En cuanto a la infraestructura portuaria en la  HPP y su crecimiento, destacó que la que más se usa es al sur de San Martín hasta Campana donde prácticamente es un litoral industrial sembrado de puertos privados y terminales de aceite de soja. Al norte de San Martín, salvo alguna obra puntual, todo está como entonces.
INDUSTRIA NAVAL. Luego, nuestro entrevistado se refirió a la construcción naval regional como muy activa. En Paraguay hay dos astilleros que están trabajando muy bien, uno construye en forma tradicional, poniendo la quilla en la grada y la otra junta las partes construidas separadamente; Argentina esta muy dinámica y Uruguay acaba de construir 4 barcazas".


LA HIDROVÍA PARANÁ-PARAGUAY: UN PROYECTO DE ALTERACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS NATURALES A GRAN ESCALA CON IMPREVISIBLES CONSECUENCIAS. Dr. Guillermo Chalar Marquisá




La región involucrada
La cuenca del Río de la Plata se configura como internacional que involucra a Bolivia, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Posee una superficie de 3,1 millones de km2, una población de 120 millones de personas y es considerada como la región más industrializada de América Latina. Sus principales tributarios son los Ríos Paraná, Paraguay y Uruguay. Estos ríos son vías fluviales naturales de excelentes condiciones para la navegación e históricamente, han servido para el transporte de mercaderías dentro y fuera de la región. En la actualidad es posible navegar unos 2000 Km. por el Río Paraná (desde San Pablo hasta Ciudad del Este), unos 1300 Km. por el Río Paraguay (desde el Río Apa hasta Cáceres) y unos 500 Km. por el Río Uruguay (desde el Río de la Plata hasta la ciudad de Salto).
¿Que es la Hidrovía?  
El Proyecto de Hidrovía Paraguay-Paraná-Río de La Plata, es una mega obra de ingeniería para aumentar la capacidad de tráfico de productos, principalmente agrícolas (soja), minerales (hierro y manganeso) y combustibles, viabilizando el transporte de grandes cargas a través del sistema fluvial Paraguay-Paraná-Uruguay-Río de la Plata. Dicho sistema, abarca unos 3.440 km. continuos, entre el Puerto Cáceres en el extremo Norte (Brasil) y el Puerto de Nueva Palmira en el extremo Sur (Uruguay). El proyecto de la Hidrovía, estimado en 1 billón de dólares, debe garantizar la navegación diurna y nocturna y durante todo el año de "convoys", formados por varias balsas de carga y un empujador. Estos convoys pueden ser organizados con diferentes dimensiones pero se prevé que la Hidrovía, permita la circulación de estructuras que puedan alcanzar hasta 200 m de largo, 16 m de ancho y 3.5 m de calado (figura 2). 
Funcionamiento Natural de los Ríos  
Evidentemente las condiciones naturales de los ríos no permiten la navegación de elementos tan grandes en toda su extensión y menos aún aquellos ubicados en regiones de llanuras como los involucrados en el proyecto de la Hidrovía. La dinámica propia de los ecosistemas fluviales, tiende a formar cauces sinuosos y meándricos, con regiones profundas y de aguas más lentas que se alternan longitudinalmente con zonas más someras y de aguas rápidas. Este tipo de autorganización de los ríos permite disipar la energía hidráulica en forma muy eficiente, disminuyendo la erosión de las márgenes. Otro aspecto importante es la relación del cauce principal con su planicie de inundación. De acuerdo al régimen de precipitación de las subcuencas, existen pulsos anuales en los que el río se desborda e inunda vastas áreas de las márgenes. En ambientes naturales las comunidades vegetales y animales que habitan esta región, están adaptadas y dependen de estos pulsos para completar sus ciclos de vida. Estos aspectos relevantes para el mantenimiento del equilibrio ecolólgico de los ecosistemas fluviales, se encuentran magnificados por la presencia del Pantanal en las nacientes del Río Paraguay.
La Región del Pantanal  
El Pantanal ubicado en el centro de América del Sur, es el bañado continuo más grande del mundo (figura 1). Geomorfológicamente puede definirse como una enorme depresión aluvial de 140 000 km2, formada por un mosaico de praderas periódicamente inundadas, ríos y meandros bordeados por densa vegetación riparia, lagunas y vegetación de cerrado (floresta seca). En este ambiente, la vida vegetal y animal está íntimamente ligada a las fluctuaciones del nivel de agua, que en la estación de lluvias pueden alcanzar 5 metros sobre el nivel de la estación seca. El ciclo hidrológico y la gran diversidad de tipos de hábitats, determinan una alta productividad y diversidad biológica, dentro de la cual se encuentran varias de las especies amenazadas de extinción. Dentro de la diversidad faunística, podemos mencionar el registro de más de 630 de especies de aves, la presencia yacarés, osos hormigueros, carpinchos, varias especies de monos, jaguares, gatos de monte, 20 especies de murciélagos y más de 400 especies de peces. La presencia del hombre en la región data de miles de años y aún hoy es la residencia de varios grupos indígenas entre los que se encuentran, los Ofaie-Xavantes y los Xeta, declarados casi en extinción. Actualmente el 98% de la tierra del Pantanal está en manos de privados, los que desarrollan diversas actividades económicas como, cría de ganado, minería, agricultura y caza y pesca muchas veces realizada en forma ilegal.
Impacto Ambiental de las obras para la Hidrovía  
Para garantizar los objetivos de navegación antes mencionados, es necesario realizar grandes obras de ingeniería en los ecosistemas fluviales, entre las que se incluyen, enderezamiento y ensanchamiento de los cauces, corte de meandros, dragado permanente de los mismos, dinamitar afloramientos rocosos que impiden el pasaje durante la estación seca y construcción de puertos y obras de infraestructura en las riveras. A pesar de que estas obras pueden considerarse como de grandes dimensiones, las consultorías técnicas realizadas a solicitud de la Comisión Intergubernamental de la Hidrovía (CIH), señalan que el proyecto es viable económicamente y que el costo ambiental sería mínimo. Sin embargo, diversos estudios realizados por grupos independientes señalan que la Hidrovía es demasiado cara, económicamente frágil y potencialmente una debacle ambiental. De acuerdo a algunos estudios hidrológicos, el dragado y enderezamiento de diversos tramos del canal de los ríos Paraguay y Paraná, aumentaría la velocidad de escurrimiento del agua vaciando un tercio del agua del Pantanal (15 billones de metros cúbicos). Los bañados en general, pero aun más el Pantanal por su dimensión, actúan como esponjas, absorbiendo agua en la estación de lluvias y liberándola lentamente el resto del año. Para ello es fundamental la muralla natural de rocas ubicada en la base del Pantanal, que actúa como válvula reguladora del flujo de agua. Al dinamitar esta formación rocosa aumentaría aún más el vaciamiento del Pantanal, secándose grandes extensiones aún en la época de lluvias. Según algunos estudios, si el Río Paraguay bajara su nivel tan solo 25 cm, lo cual es bastante realista según las obras proyectadas, el área inundable del Pantanal se reduciría un 22% durante la estación de seca. Las consecuencias de esto serían desastrosas para toda la fauna y flora autóctona pero también para las actuales actividades de cría de ganado y agricultura al reducirse considerablemente los suelos productivos. Aguas abajo (en Paraguay, Argentina y Uruguay), las crecientes serían mucho más rápidas y grandes provocando serias inundaciones y desalojos masivos, mientras que las sequías serían más intensas y persistentes.
Las lecciones del pasado  
Es realmente una ironía, que al mismo tiempo que, nuestros países se endeudan con bancos mundiales para realizar el corte de meandros, la canalización de los ríos, la construcción de represas; en el Norte, se estén gastando varios millones de dólares para intentar volver a las condiciones previas a la canalización, dinamitando represas, reconstruyendo meandros de los ríos y recuperando los bañados. Este es el caso de los sistemas fluviales Missouri-Mississippi y Everglades-Kissimmee en EEUU y el Rhine y el Danube en Europa, entre otros. Tal vez nosotros aun estemos a tiempo de repensar la forma en que nos relacionamos con la naturaleza y de incidir en la toma de decisiones que a la postre han afectar nuestro estilo y calidad de vida.
















Imagen Satelital del Estuario del Plata (Río de la Plata)

(tiene que hacer clic en la imagen para agrandar)





Vista del puerto de Montevideo en la actualidad


domingo, 10 de abril de 2016

Horacio Quiroga "A la deriva" breve análisis literario

Quiroga - Análisis de "A la deriva"

Análisis de “A la deriva” – Quiroga


El tema central de este cuento es la lucha del hombre por sobrevivir, la agonía. Esta palabra proviene de la griega “agón” que significa lucha. Esta lucha desesperada por ganarle a la muerte unos instantes más de vida, por no entregarse aunque todas las circunstancias estén así dadas. La naturaleza, marco de este cuento, no será otra que el verdugo y la tumba de un hombre, que nada puede hacer en su soledad contra la muerte. La naturaleza será su discreto enterrador.
El título “A la deriva” nos muestra esta soledad de ese hombre indefenso, sin un rumbo cierto, entregado a las circunstancias fortuitas que le toque vivir. El hombre del cuento, Paulino, estará a la deriva, no sólo en su muerte, sino también en su vida, ya que antes de que la víbora lo pique, podría decirse que está muerto en vida. Nada lo sostenía vivo. Su relación con su mujer y con el compadre Alves no existe, y debe recurrir a un pasado muy lejano para tratar de aferrarse a la vida que se va. El personaje se encuentra muerto socialmente y quizás hasta muy profundamente en su interior antes de morir físicamente. Este es una impronta común en los textos de Quiroga. En muchos cuentos sus personajes están muertos antes de que la muerte física llegue, basta recordar “El almohadón de plumas”.
Podríamos encontrar en el cuento tres grandes partes.
La primera: la mordedura y los efectos del veneno.
La segunda: su intento por sobrevivir en el ámbito social – su relación con su mujer y el compadre Alves.
La tercera: su agonía. La naturaleza y su intento por luchar contra la muerte a través del recuerdo.
Primera parte
El texto comienza con una repetición al comienzo de cada párrafo: “El hombre”. Si esto fuera una poesía podríamos decir que es una anáfora (repetición al principio de cada verso); pero no lo es.
 Esta repetición deja entrever la fragilidad de lo humano. El hombre ante las circunstancias es frágil, su mundo puede destruirse en un instante, y muy lejos queda la idea de inmortalidad con la que vive siempre. Está indefenso y es sólo un hombre, como podría ser cualquiera de nosotros.
Quiroga manifestaba en su “Decálogo del perfecto cuentista” que tan importante son las tres primeras líneas de un cuento, como las tres últimas. Desde el principio el final está descubierto, porque lo que importa no es el final sino el trayecto que el personaje sigue. Así que desde el momento que el narrador dice “El hombre pisó algo blanduzco” el final es obvio, no existe otra posibilidad que la muerte, aunque durante todo el cuento el lector esté esperando que eso no suceda y que logre llegar a Tacurú Pucú y conseguir ayuda. Todo se precipita desde el principio, “lo blanduzco”, lo extraño, y la mordedura. No hay tiempo de evitar nada. Nada se sabe de este hombre en el principio. Se lo presenta en la acción que ya es trágica. Nos vamos a ir enterando de su vida y su forma de ser a medida que transcurre el cuento, algo que normalmente sucede al revés, primero se presenta al personaje y luego la acción. El cuento juega con la línea temporal, el narrador y el personaje irán hacia atrás, mientras el tiempo de la muerte avanza, como si quisiera escapar de las circunstancias, antes de que la muerte lo sorprenda.
El narrador, externo a las circunstancias de Paulino, contará la historia desde el punto de vista de éste, hasta llegar a meterse dentro de sus pensamientos y de sus delirios, lo que creará en el lector una sensación de inseguridad, la misma que sufre el personaje. Aunque por momentos nos da algunos anticipos del final, lo que nos hace ver que es un narrador omnisciente (sabe todo lo que sucede y lo que piensan los personajes), aunque nunca nos dice que piensa Dorotea o Alves, sabemos que los anticipos tales como “encajonan fúnebremente el río”, nos permite asegurar que ya conoce el desenlace que Paulino ignora.
Constata la presencia de su enemigo, la yararacusú, que no es otra que su verdugo que está pronto a contraatacar, aunque no hace otra cosa que también defenderse de la pisada de Paulino y de su próxima muerte, como también lo hará el protagonista.
Descubre la mordedura que comienza viendo que “dos gotitas de sangre engrosaban” y actuando por instinto de defensa mata a la víbora. El diminutivo “gotitas” refuerza la idea de indefensión: por esas dos gotitas entrará el veneno que acabe con su vida, por lo tanto no son algo que menospreciar. Por las “gotitas”, algo insignificante, su pierna se irá pudriendo y lo más preciado se irá acabando.
Estas “gotitas” serán retiradas para mostrar los “dos puntitos violetas”. Otra vez el uso del diminutivo deja a Paulino y al lector ante la sorpresa, cómo algo tan pequeño puede hacer tanto daño, y aún, cuánto daño puede hacer. Paulino lo sabe, pero una cosa es saberlo racionalmente y otra es vivirlo. El veneno no espera e invade todo el pie, y la acción de Paulino es una solución precaria. Su salvación no está eso sino en la ayuda social que pueda conseguir, y el lugar que logre alcanzar antes de la muerte.
Las grafopeyas de la herida van creciendo. De aquellos “dos puntitos” se pasa a una sensación de “tirante abultamiento” y al dolor físico que se materializa con una comparación “dos o tres fulgurantes puntadas que como relámpagos habían irradiado”. Esta materialización del dolor hace pensar en lo sorpresivo, lo inesperado, lo rápido que resulta ese dolor que pretende inmovilizar al personaje sin lograrlo. La materialización del dolor ahora pasa a una materialización de la sed, algo que se siente, pero aquí se asocia al metal por lo frío (“una metálica sequedad de garganta”) y también caliente (“sed quemante”), lo que proporciona una antítesis. En esta contradicción vivirá Paulino sus últimas horas.
La última etapa de estos “puntitos violetas” es la hinchazón del pie. Parecía que la pierna fuera a explotar por lo tensa y delgada que estaba la piel. Todo el panorama se vuelve monstruoso, y no hay más remedio que buscar ayuda, con las últimas fuerzas que le quedan. Piensa en su mujer, y es aquí que comenzamos a ver que su muerte era una consecuencia inevitable de su vida. Aunque el hecho que la haya provocado hubiera sido fortuito.
Segunda parte
Busca a su mujer y el narrador intenta comprometernos afectivamente con la situación jugando con los sonidos de tal manera que la sed también la sintamos nosotros “la voz se quebró en un ronco arrastre de garganta reseca”. La aliteración (repetición) de la “r” nos reseca nuestra propia garganta y la situación se pone tensa también para nosotros que estamos a punto de descubrir que no existe una relación con la mujer con la convive.
La animación de la sed “la sed lo devoraba” nos hace pensar en que los síntomas del veneno están tomando la vida. El veneno, símbolo de la muerte, adquiere la vida que Paulino pierde.
El diálogo con Dorotea revela la relación entre ellos. Este diálogo recién nos da a conocer el nombre de los personajes, algo que hasta el momento ha sido oculto al lector. Los nombres singularizan, le dan una identidad que había sido negada. No es cualquier hombre el que muere. Es un hombre que trata a su mujer no como tal, sino como una sirvienta. No confía en ella para conseguir ayuda, no espera de ella una ayuda real. Pide caña, pero no le dice nunca lo que realmente le sucede ni por qué la pide. Esto nos muestra que no confía en ella para poder ayudarlo, tal vez para llevarlo a Tacurú Pucú. Dorotea es una mujer, obedece. La relación entre ellos está marcada por la incomunicación en la pareja, otro de los temas más queridos en la narrativa de Quiroga.
La voz de Paulino “ruge” como la de un animal en agonía, pero tal vez como siempre lo ha hecho con ella, ya que a ella no le asombra. Rápidamente cumple con su deseo de traerle caña que él no siente como tal. Paulino necesita ver la damajuana para creerle a su mujer y aceptar su situación, “bueno, esto se pone feo”. El veneno ha llegado a alterar sus sentidos, aquello que nos conecta con la vida. Así que aquellos puntitos pasaron al dolor, y ahora a los sentidos que se confunden. A partir de este momento lo que pase en el cuento se envolverá en una ola de confusión y delirio.
Una nueva comparación (“la carne desbordaba como una monstruosa morcilla”) nos presenta la situación cada vez más apremiante. Ahora la imagen es “monstruosa”, y hasta abyecta si la asociamos a la pierna de un hombre. Paulino ha querido negar su situación, pero esto se hace cada vez más difícil con una imagen así, luego de haber descubierto que ya no siente el sabor de una bebida tan fuerte como la caña.
Todos los síntomas del hombre a causa del veneno se agudizan, lo quiebran. Ya no son puntadas como relámpagos, sino “continuos relampagueos” de dolor, como si la tormenta de la muerte se avecinara a pasos agigantados. Estos dolores suben por el cuerpo, ya no son en el tobillo, ahora son en la “ingle”. Lo mismo pasa con la sed, ahora es “atroz sequedad”, y el calor aumenta también. Esto termina dándole al hombre una señal de su situación, ya no puede seguir en pié, vomita apoyado a la rueda cuando intenta incorporarse. No hay posibilidad de seguir adelante, sin embargo Paulino “pretendió incorporarse”. La lucha comienza cuando el personaje se da cuenta, cuando hace su “anagnórisis”, ahora sólo queda pelear físicamente, y si no se puede así, lo hará mentalmente.
Esta lucha queda clara en la siguiente expresión, inmediata a la constatación de la decadencia física: “Pero el hombre no quería morir”. La conjunción adversativa vuelve a negar todos los síntomas físicos. No importa cuanto el veneno quiebre el cuerpo, el hombre seguirá peleando. Esta expresión es la constatación del tema del cuento y su conflicto. No habría tal si el hombre se entregara a los primeros síntomas, no lo hace y por lo tanto el clima del cuento empieza a tensionarse a un nivel diferente. Ahora es el hombre luchando contra la muerte que sabe que es su inevitable final.
Recobra fuerzas de esa decisión y consigue subir a la canoa, pensando en una nueva alternativa, llegar a Tacurú Pucú, el lugar que simboliza la posibilidad de salvación. El poblado donde podrían socorrerlo. Ahora tenemos una nueva pista de este hombre, vive lejos de un centro poblado, tal vez una elección hecha hace mucho tiempo, lo que nos muestra el aislamiento en que se encuentra. El personaje ha elegido separarse del mundo social, alejarse de todo, por lo tanto a decidido darle la espalda al mundo, y aunque no sabemos la razón, podemos intuir que es una nueva forma de muerte. Nada de lo humano le interesa, hay algo dentro de él que estaba ya muerto. Y ahora quiere recuperarlo sólo porque se encuentra frente a la muerte, como la única posibilidad de vida. Lo social es su posibilidad de sobrevivir, y esto pertenece a un pasado. Es como si el personaje buscara recuperarlo para así recuperar su vida.
“El hombre con sombría energía”. Esta expresión nos muestra un anticipo de la muerte. La palabra “sombría” refiere a lo negativo, a la lucha triste, angustiante que vive el hombre que trata de incorporarse a pesar de sus dolencias físicas, pero estas le recuerdan su condición de hombre frágil, un nuevo vómito, pero esta vez de sangre son la señal de una lucha perdida de antemano. Paulino mira el sol y descubre que el día se está acabando, igual que su vida. Este recurso literario llamado paralelismo psicocósmico muestra la identificación del día con la vida. La vida se acaba, el día muere. Pero con una diferencia sustancial. El día volverá a nacer, el sol volverá a salir, el hombre no volverá a vivir. Así la naturaleza termina siendo infinitamente superior a la vida del hombre. La naturaleza empieza a ser un personaje más en este cuento. Acompañará al hombre solitario y será el único testigo de esta lucha.
La pierna ahora está deforme y el veneno, implacable como la muerte, sube sin dar tregua haciéndole pensar la necesidad de pedir ayuda para llegar a Tacurú Pucú. La expresión “grandes manchas lívidas” anuncian la muerte asociándolo con el color blanco. Nada es más blanco (“lívido”) que la muerte, porque el blanco es la ausencia de color, y por lo tanto de vida.
Pedir ayuda al compadre Alves es la posibilidad que se le ocurre. Un nuevo intento de recuperar su vida, ya que con este vecino está disgustado. El único contacto humano después de su esposa también está “muerto”. No ha logrado ni siquiera una comunicación con su vecino. Una nueva pista de la vida de este hombre.
Alves vive en la costa brasileña, al otro lado del río y aún así está disgustado con Paulino. No llega por sus propios medios, llega porque el río se lo permite. Está a la deriva, aunque aún no lo sabe y sigue luchando.
Le grita, pero Alves no contesta a la súplica de Paulino. Como habíamos visto, todo es confuso, el narrador siempre toma el punto de vista del protagonista, y los sentidos de este último están trastocados, por lo tanto nunca tendremos certeza si realmente gritó o creyó gritar. Tampoco sabremos si Alves escuchó o no, si estaba o no, si lo deja morir tal vez por un rencor profundo. Lo cierto es que no hay respuesta ante una súplica angustiante que hace Paulino y que nos muestra que sabe que el resentimiento puede ser grande.
La respuesta es “el silencio de la selva” que vuelve a ser un anuncio del final, el silencio de la muerte. La selva parece recordarle que no hay nada, que ha perdido todo, ayuda a la “anagnórisis” de Paulino.
No hay más remedio que seguir luchando. Vuelve a su canoa y por primera vez aparece en el texto la referencia al título: la corriente “la llevó velozmente a la deriva”. Su vida ahora depende de ese río y de la naturaleza. El final está dicho de antemano aunque el lector quisiera no creerlo, igual que el protagonista.
Tercera parte
La naturaleza empieza a tomar un papel fundamental en el cuento. El paralelismo psicocósmico se acentúa. Las anticipaciones aumentan como una certeza inevitable “cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río”. La metáfora “encajonan fúnebremente” muestran a una naturaleza que se prepara para ser el cajón de Paulino. Todo el paisaje se tiñe de negro “desde las orillas bordeabas de negros bloque de basalto, asciende el bosque, negro también”. El negro símbolo occidental de la muerte, de la oscuridad, de lo malo. Lo mismo pasa con la metáfora “la eterna muralla lúgubre”, adjetivo asociado inevitablemente a la muerte. El narrador remata su topopeya diciendo “el paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte”. La naturaleza acompaña pero también condena y manda. No importa la lucha del hombre cuando lo obvio está presente.
Esa misma naturaleza le regala a Paulino una imagen de “belleza sombría”, un oxímoron del atardecer. La naturaleza que refleja la muerte es bella, por su atardecer, pero también sombría por la vida que se pierde. La majestuosidad del paisaje crece y empequeñece a ese hombre solo con su lucha.
El paisaje, a través de un paralelismo psicocósmico, acompañará al hombre hacia su muerte “el había caído ya cuando el hombre, semitendido en el fondo de la canoa, tuvo un violento escalofrío”. Todo confluye en lo mismo, el sol cae y el hombre también. El escalofrío es un nuevo anuncio de la muerte. Pero todo esto contrasta con el asombro de sentirse mejor. Todos los síntomas físicos: dolor sed empiezan a ceder, y empieza a sentir un nuevo aire que le abre el pecho. Es la mejoría de la muerte. Una especie de guiñada irónica que nos hace la muerte a los hombres que están agonizando. Casi todos tenemos alguna anécdota de algún familiar o conocido que en su agonía, antes de morir, parece mejorarse para morir un día después, o unas horas después. En esa lucha por la vida, por un momento parece que el que agoniza fuera a poder contra lo imposible.
El narrador aprovecha esta sensación de mejoría y se introduce más en el punto de vista del personaje, manteniendo al lector en la confusión feliz de que sea posible que el veneno se vaya y el enfermo se recupere casi por arte de magia, aunque queden señales físicas aún (“no tenía fuerzas para mover la mano”).
Comienza el delirio y la esperanza que no parece perder nunca. Paulino empieza a “calcular” la posibilidad de llegar a Tacurú Pucú, yendo a la deriva y contando con el favor de una naturaleza que sólo le regalará el paisaje de un atardecer.
A medida que empieza a sentirse bien, el hombre se aferra a los recuerdos, como forma de recuperar su vida, su pasado, en un clima onírico (de sueño). El dolor físico deja paso a este aspecto que nos dará una idea de su vida anterior, sin que sepamos cuál es ese motivo por el que se aisló del mundo. Lo onírico se mezcla con una vida social que alguna vez tuvo, el compadre Gaona, su ex patrón mister Dougald. Había trabajado en un obraje. Ahora era un marginal del mundo.
El paisaje le regala colores hermosos y esperanzadores, el cielo “se habría ahora en pantalla de oro”, una metáfora de la vida de un hombre que pasa como en una pantalla dorada, en el momento que él recuerda su mejor momento de la vida. Lo mismo hace el monte que le da al río una “frescura crepuscular”, que sin duda Paulino mira como algo positivo, pero que podría verse como la cercanía de la muerte. Todo se llena de sensaciones visuales (los colores), olfativas (“efluvios de azahar y miel silvestre”) y hasta auditivas (la pareja de guacamayos en silencio hacia Paraguay). El hombre ve la vida que se aleja, pero no lo interpreta así. Está en medio de tres países Argentina, Brasil y Paraguay, está en medio de la nada, a merced de los deseos de ese río que lo llevará a ninguna parte.
El río hace girar la canoa, sin hacerla avanzar, y ese mareo le permite al hombre sentirse cómodo con su actividad mental, “cada vez mejor”, él también está revolviendo, dando vueltas sobre su vida, su existencia. La naturaleza lo acompaña, a pesar de que fue agresivo el paisaje en algún momento para mostrarle su fin, ahora, en su delirio, es un paisaje que le ofrece compañía y hasta consideración. Le regala lo mejor que tiene.
En la desesperación de recuperación de su pasado, empieza un obsesión por recuperar el tiempo exacto de las cosas, algo que tal vez sea banal, pero imprescindible para que la muerte no lo lleve sin seguir luchando, con lo único que es posible hacerlo en estos momentos: sus recuerdos precisos. Cada vez va buscando la perfección, la exactitud, “tres años” no es exactamente preciso, “dos años y nueve meses”, tal vez, pero no es suficiente, y así va buscando la respuesta que le satisfaga.
Esto se va intercalando con la cruda realidad “sintió que estaba helado hasta el pecho”, la muerte se acerca y por más precisión que busque nada podrá hacer frente a la realidad.
Pero el hombre no deja de luchar, y ahora una nueva idea de precisión sobre el tiempo se posa en su cabeza: cuándo conoció a Lorenzo Cubilla, un viernes santo o un jueves. Esta referencia podría llevarnos a pensar en el simbolismo de estos dos días. El viernes santo es cuando Cristo muere, y el jueves cuando sufre toda su agonía. El hombre elige el jueves, porque tal vez en ese día Cristo aún no estaba muerto, como si su lucha personal, la de Paulino fuera hasta el último instante. Confirma que lo conoció un jueves, como si no quisiera darle nunca a la muerte la posibilidad de ganarle la partida.
Pero aún cuando él intenta ganar esta lucha desde el pensamiento, el narrador intercala estos delirios con acciones físicas: “el hombre estiró lentamente los dedos de la mano” como una señal de una vida que se escapa. Tal vez tenía los dedos apretados para que esto no sucediera, como señal de esa lucha hasta último momento. Y una vez que logra la precisión del tiempo, el narrador termina el cuento constatando lo que ya nos había sugerido desde el principio “cesó de respirar”.
La lucha del hombre por mantenerse vivo, aún cuando es segura su muerte, se ve hasta el último instante, como una actitud porfiada por continuar viviendo, con ese deseo infinito de aferrarse a la vida, aún cuando en su vida él haya elegido alejarse del mundo. Un hombre puede vivir toda la vida queriendo morir, pero no va a dejar de luchar cuando la muerte real venga. Nadie se entrega a la muerte con tanta facilidad, ni aún los suicidas.

literatura - generación del 900

Generación del 900: se le llamó de esta manera a un grupo de escritores uruguayos que publicó alrededor del año 1900.Existieron entre ellos ciertas características comunes como ser ,el tipo y nivel de educación, los ideales estéticos , políticos , etc.
Características de la generación
1_los escritores nacieron entre 1868-1886 y sus principales obras se publicaron alrededor de 1900.
2_la mayoría de ellos fue autodidacta. El único que tuvo formación universitaria fue Carlos Vaz Ferreira.
3_para que una generación sea tal, debe existir un vinculo cercano. En esta generación existieron centros de reunión públicos y privados, los centros públicos más conocidos fueron los cafés (los más conocidos fueron, polo bamba, café Sarandi, café moka).Otro centro importante de reunión fueron las revistas, allí comenzaban a publicar los escritores hasta que luego comenzaron a aparecer los libros. Las revistas fueron el centro de reunión más importante. Los centros de reunión privados fueron: a_ “la torre de los panoramas” se desarrollo desde 1902 a 1907, en la casa del escritor julio herrera y reissing. Se llamaba así por tener vista al mar y a las claraboyas vecinas. B_”el consistorio del gay saber”.Se desarrollo desde 1900 a 1902.En la pieza de pensión que alquilaba Quiroga en Montevideo.
4_existieron dos tendencias bien diferenciadas: A_tendencia social, eran aquellos que se preocupaban por cuestiones sociales, realizaban una literatura comprometida ejemplo: Florencio Sánchez, Horacio Quiroga.B_ tendencia torremarfilista integrada por aquellos que no se comprometían con la sociedad a través de la literatura. Ejemplo: Julio Herrera y Reissing y Roberto de las Carreras 

Información tomada de la pagina http://www.wikiteka.com/apuntes/prueba-final-literatura-2010/

literatura Horacio Quiroga

Datos  biográficos de Horacio Quiroga

Horacio Quiroga :

Horacio Silvestre Quiroga Corteza (Salto, Uruguay, 31 de diciembre de 1878 – Buenos Aires, Argentina, 19 de febrero de 1937), cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo. Fue el maestro del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista. Sus relatos breves, que a menudo retratan a la naturaleza como enemiga del ser humano bajo rasgos temibles y horrorosos, le valieron ser comparado con el estadounidense Edgar Allan Poe.




La vida de Quiroga, marcada por la tragedia, los accidentes de caza y los suicidios, culminó por decisión propia, al beber voluntariamente un vaso de cianuro en el Hospital de Clínicas de la ciudad de Buenos Aires a los 58 años de edad, tras enterarse que padecía de cáncer gástrico

Nacimiento..

Horacio Quiroga era el sexto hijo del matrimonio Quiroga-Corteza. En el momento de su nacimiento, su padre ejercía desde hacía dieciocho años el cargo titular del Vice-Consulado argentino en Salto. Antes de cumplir dos meses y medio, el 14 de marzo de 1879 su padre, Prudencio Quiroga, murió al dispararse accidentalmente una escopeta que llevaba en la mano. Horacio fue bautizado recién unos 3 meses después.




Su nacionalidad de origen no esta del todo clara, al haber muchas informaciones contradictorias sobre si además del bautismo fue inscripto como ciudadano argentino en Uruguay, o no.Se expresa en varias fuentes que su partida de nacimiento fue inscripta en el consulado de la República Argentina que funcionaba en dicha ciudad por la circunstancia de ejercer su padre el cargo de cónsul de ese país. Una de sus mayores influencias de su vida fue Silvia Araujo. Por su parte, posteriormente, Horacio Quiroga a veces actuo como oriental, y otras veces como argentino, dado que su lugar de nacimiento por un lado y su origen paterno se lo permitía.

Adolescencia y formación..

Realizó sus estudios en la capital uruguaya hasta terminar el colegio secundario. Estos estudios incluyeron formación técnica (Instituto Politécnico de Montevideo) y general (Colegio Nacional), y ya desde muy joven demostró un enorme interés por la literatura, la química, la fotografía, la mecánica, el ciclismo y la vida de campo. Funda a tan temprana edad la Sociedad de Ciclismo de Salto y logra la notable hazaña de unir en bicicleta las ciudades de Salto y Paysandú (120 km).




En esta época pasaba larguísimas horas en un taller de reparación de maquinarias y herramientas. Por influencia del hijo del dueño empezó a interesarse por la filosofía. Se autodefiniría como "franco y vehemente soldado del materialismo filosófico".



A los 22 años comenzó con sus primeros tanteos poéticos y pocos meses después descubrió las poesías de Leopoldo Lugones y Poe. A los que leyó con fruición y tomó como sus maestros artísticos. Llegaría a ser amigo personal del primero de ellos.



El descubrimiento de la poesía de alto vuelo de estos dos autores lo movió a interesarse por distintas escuelas y estilos: el posromanticismo, el simbolismo y el modernismo, para comenzar pronto, provisto de este bagaje, a publicar sus poemas en su ciudad natal. Se conserva su primer cuaderno de poesías, que contiene 22 poemas de distintos estilos, escritos entre 1894 y 1897. Mientras trabajaba y estudiaba, colaboraba con las publicaciones La Revista y La Reforma: poco a poco, iba puliendo su estilo y haciéndose conocido.



Durante el carnaval de 1898, el joven poeta conoció a su primer amor, una niña llamada María Esther Jurkovski, que inspiraría dos de sus obras más importantes: Las sacrificadas (1920) y Una estación de amor. Pero los desencuentros provocados por los padres de la joven — que reprobaban la relación, debido al origen no judío de Quiroga — hicieron crisis y precipitaron la separación definitiva.



Fundó en su ciudad natal la "Revista de Salto" (1899), marchó a Europa y resumió sus recuerdos de esta experiencia en Diario de viaje a París (1900). A su regreso fundó el Consistorio del Gay Saber, que pese a su corta existencia presidió la vida literaria de Montevideo y las polémicas con el grupo de J. Herrera y Reissig.



Ya instalado en Buenos Aires publicó Los arrecifes de coral, poemas, cuentos y prosa lírica (1901), seguidos de los relatos de El crimen del otro (1904), la novela breve Los perseguidos (1905), producto de un viaje con Leopoldo Lugones por la selva misionera, hasta la frontera con Brasil, y la más extensa Historia de un amor turbio (1908). En 1909 se radicó precisamente en la provincia de Misiones, donde se desempeñó como juez de paz en San Ignacio, localidad famosa por sus ruinas de las reducciones jesuíticas, a la par que cultivaba yerba mate y naranjas.



Nuevamente en Buenos Aires trabajó en el consulado de Uruguay y dio a la prensa Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917), los relatos para niños Cuentos de la selva (1918), El salvaje, la obra teatral Las sacrificadas (ambos de 1920), Anaconda (1921), El desierto (1924), La gallina degollada y otros cuentos (1925) y quizá su mejor libro de relatos, Los desterrados (1926). Colaboró en diferentes medios: Caras y Caretas, Fray Mocho, La Novela Semanal y La Nación, entre otros.



En 1927 contrajo matrimonio con una joven amiga de su hija Eglé, con quien tuvo una niña. Dos años después publicó la novela Pasado amor, sin mucho éxito. Sintiendo el rechazo de las nuevas generaciones literarias, regresó a Misiones para dedicarse a la floricultura. En 1935 publicó su último libro de cuentos, Más allá. Hospitalizado en Buenos Aires, se le descubrió un cáncer gástrico, enfermedad que parece haber sido la causa que lo impulsó al suicidio, ya que puso fin a sus días ingiriendo cianuro.


París...

Al año siguiente Horacio recibió la herencia de su padre,años mas tarde se caso con la mama de Eric Arean --> alias el BALA. decidiendo invertirla en un viaje a París. Estuvo —contando el tiempo de viaje— cuatro meses ausente. El viaje fue un fracaso y no conoció a nadie mas que la tristeza y humillación. Sin embargo, las cosas no salieron como Quiroga había planeado: el mismo joven orgulloso que había partido de Montevideo con frac y en primera clase regresó en tercera, andrajoso, hambriento y con una larga barba negra que ya no se quitaría nunca más


El Consistorio del Gay Saber y primeros libros...

Al volver a su país, Quiroga reunió a sus amigos Federico Ferrando, Alberto Brignole, Julio Jaureche, Fernández Saldaña, José Hasda y Asdrúbal Delgado, y fundó con ellos el "Consistorio del Gay Saber", una especie de laboratorio literario experimental donde todos ellos probarían nuevas formas de expresarse y preconizarían los objetivos modernistas.




La alegría que le provocó la aparición de su primer libro (Los arrecifes de coral, poesía, 1901, dedicado a Lugones) se vio trágicamente opacada —una vez más— por las muertes de dos de sus hermanos, Prudencio y Pastora, víctimas de la fiebre tifoidea en el Chaco.



El funesto año de 1901 guardaba aún otra espantosa sorpresa para el escritor: su amigo Federico Ferrando, que había recibido malas críticas del periodista montevideano Germán Papini Zas, comunicó a Quiroga que deseaba batirse a duelo con aquél. Horacio, preocupado por la seguridad de Ferrando, se ofreció a revisar y limpiar el revólver que iba a ser utilizado en la disputa. Inesperadamente, mientras inspeccionaba el arma, se le escapó un tiro que impactó en la boca de Federico, matándolo instantáneamente. Llegada al lugar la policía, Quiroga fue detenido, sometido a interrogatorio y posteriormente trasladado a una cárcel correccional. Al comprobarse la naturaleza accidental y desafortunada del homicidio, el escritor fue liberado tras cuatro días de reclusión.



La pena y la culpa por la muerte de su querido compañero llevaron a Quiroga a disolver el Consistorio y a abandonar el Uruguay para pasar a la Argentina. Cruzó el Río de la Plata en 1902 y fue a vivir con María, otra de sus hermanas. En Buenos Aires el artista alcanzaría la madurez profesional, que llegaría a su punto cúlmine durante sus estancias en la selva. Además, su cuñado lo inició en la pedagogía, consiguiéndole trabajo bajo contrato como maestro en las mesas de examen del Colegio Nacional de Buenos Aires.

Misiones y el Chaco

Designado profesor de castellano en el Colegio Británico de Buenos Aires en marzo de 1903, Quiroga quiso acompañar, en junio del mismo año y ya convertido en un fotógrafo experto, a Leopoldo Lugones en una expedición a Misiones, financiada por el Ministerio de Educación, en la que el insigne poeta argentino planeaba investigar unas ruinas de las misiones jesuíticas en esa provincia. La excelencia de Quiroga como fotógrafo hizo que Lugones aceptara llevarlo, y el uruguayo pudo documentar en imágenes ese viaje de descubrimiento.




La profunda impresión que le causó la jungla misionera marcaría su vida para siempre: seis meses después Quiroga invirtió el último dinero que le quedaba de su herencia (siete mil pesos) en comprar unos campos algodoneros en el Chaco, ubicados a siete kilómetros de Resistencia, a orillas del Río Saladito. El proyecto fracasó en el aspecto económico, principalmente por problemas de Quiroga con sus peones aborígenes, pero la vida de Horacio se enriqueció al convertirse, por primera vez, en un hombre de campo. Su narrativa, en consecuencia, se benefició con el profundo conocimiento de la cultura rural y de sus hombres, en un cambio estilístico que el escritor mantendría para siempre.

El amor y la selva

En 1906 Quiroga decidió volver a su amada selva. Aprovechando las facilidades que el gobierno ofrecía para la explotación de las tierras, compró una chacra (junto con Vicente Gozalbo) de 185 hectáreas en la provincia de Misiones, sobre la orilla del Alto Paraná, y comenzó a hacer los preparativos destinados a vivir allí, mientras enseñaba Castellano y Literatura.




Durante las vacaciones de 1908, el literato se trasladó a su nueva propiedad, construyendo las primeras instalaciones y comenzando a edificar el bungalow donde se establecería.



Enamorado de una de sus alumnas —la adolescente Ana María Cires—, le dedicó su primera novela, titulada Historia de un amor turbio. Quiroga insistió en la relación frente a la oposición de los padres de la alumna obteniendo por fin el permiso para casarse y llevarla a vivir a la selva con él. Los flamantes suegros de Quiroga, preocupados por los riesgos de la vida salvaje, siguieron al matrimonio y se trasladaron a Misiones con su hija y yerno. Así, pues, el padre de Ana María, su madre y una amiga de esta, se instalaron en una casa cercana a la vivienda del matrimonio Quiroga.



En 1911 Ana María dio a luz a su primera hija, Eglé Quiroga, en su casa de la selva. Durante ese mismo año el escritor comenzó la explotación de sus yerbatales en sociedad con su amigo uruguayo Vicente Gozalbo, y al mismo tiempo fue nombrado Juez de Paz (funcionario encargado de mediar en disputas menores entre ciudadanos privados y celebrar matrimonios, emitir certificados de defunción, etc.) en el Registro Civil de San Ignacio. Las tareas de Quiroga como funcionario merecen mención aparte: olvidadizo, desorganizado y descuidado, tomó la costumbre de anotar las muertes, casamientos y nacimientos en pequeños trozos de papel a los que "archivaba" en una lata de galletas. Más tarde adjudicaría conductas similares al personaje de uno de sus cuentos.



Al año siguiente nació su hijo menor, Darío. Quiroga decidió, apenas los niños aprendieron a caminar, ocuparse personalmente de su educación. Severo y dictatorial, exigía que cada pequeño detalle estuviese hecho según sus exigencias. De muy pequeños los acostumbró al monte y a la selva, exponiéndolos a menudo —midiendo siempre los riesgos— al peligro, para que fueran capaces de desenvolverse solos y de salir de cualquier situación. Fue capaz de dejarlos solos en la jungla por la noche o de obligarlos a sentarse al borde de un alto acantilado con las piernas colgando en el vacío.



El varón y la niña, sin embargo, no se negaban a estas experiencias —que aterrorizaban y exasperaban a su madre— y las disfrutaban. La mujercita aprendió a criar animales silvestres y el niño a usar la escopeta, manejar una moto y navegar, solo, en una canoa.

 Pero la esposa de Quiroga no estaba contenta: no lograba adaptarse a la vida selvática y pedía a su esposo, una y otra vez, que regresaran a Buenos Aires o, si él quería quedarse, que le permitiera volver sola. Ante la cerrada negativa del literato a ambas posibilidades, e inmersa en una gravísima crisis depresiva, Ana María sumó una nueva tragedia en la vida de Quiroga, suicidándose con veneno en 1915 luego de una violenta pelea con el escritor. Sufrió una espantosa agonía de ocho días, muriendo luego entre horribles sufrimientos y dejando a Horacio y a los niños sumidos en la más oscura desesperación.


Nuevos amores..

Poco después, Horacio regresó a Misiones. Nuevamente enamorado, esta vez de era de una joven de 17 años, Ana María Palacio, intentó convencer a los padres de que la dejasen ir a vivir con él a la selva. La negativa de éstos y el consiguiente fracaso amoroso inspiró el tema de su segunda novela, Pasado amor, publicada en 1929. En ella narra, como componentes autobiográficos de la trama, las mil estratagemas que debió practicar para conseguir acceso a la muchacha: arrojando mensajes por la ventana dentro de una rama ahuecada, enviándole cartas escritas en clave e intentando cavar un largo túnel hasta su habitación para secuestrarla. Finalmente, cansados ya del pretendiente, los padres de la joven la llevaron lejos y Quiroga se vio obligado a renunciar a su amor.




En una parte de su vivienda, Horacio instaló un taller en el que comenzó a construir una embarcación a la que bautizaría "Gaviota". En su casa —ahora convertida en astillero— fue capaz de concluir esta obra y, puesta ya en el agua, la piloteó río abajo desde San Ignacio hasta Buenos Aires, realizando con ella numerosas expediciones fluviales.



A principios de 1926 Quiroga volvió a Buenos Aires y alquiló una quinta en el partido suburbano de Vicente López. En la cúspide misma de su popularidad, una importante editorial le dedicó un homenaje, del que participaron, entre otros, figuras literarias como Arturo Capdevila, Baldomero Fernández Moreno, Benito Lynch, Juana de Ibarbourou, Armando Donoso y Luis Franco.



Amante de la música clásica, Quiroga asistía con frecuencia a los conciertos de la Asociación Wagneriana, afición que alternó con la lectura incansable de textos técnicos y manuales sobre mecánica, física y artes manuales.



Para 1927, Horacio había decidido criar y domesticar animales salvajes, mientras publicaba su nuevo libro de cuentos, Los desterrados. Pero el enamoradizo artista había fijado ya los ojos en la que sería su último y definitivo amor: María Elena Bravo, compañera de escuela de su hija Eglé, que sucumbió a sus reclamos y se casó con él en el curso de ese mismo año sin haber cumplido 20 años.


Otra vez la selva

A partir de 1932 Quiroga se radicó por última vez en Misiones, en lo que sería su retiro definitivo, con su esposa y su tercera hija (María Elena, llamada "Pitoca", que había nacido en 1928). Para ello, y no teniendo otros medios de vida, consiguió que se promulgase un decreto trasladando su cargo consular a una ciudad cercana. Los celos dominaban a Quiroga, quien pensó que en medio de la selva podría vivir tranquilo con su mujer y la hija de su segundo matrimonio.




Pero un avatar político provocó un cambio de gobierno, que no quiso los servicios del escritor y lo expulsó del consulado. Algunos amigos de Horacio, como el escritor salteño (de Salto, Uruguay) Enrique Amorín, tramitaron la jubilación argentina para Quiroga. Comenzando a partir de este problema, el intercambio epistolar entre Quiroga y Amorín se hizo numeroso. Las cartas que se conservan demuestran que Horacio hacía partícipe a su confidente de la mayor parte de sus problemas —casi todos de índole íntima y familiar—, pidiéndole consejos y ayuda: la mujer de Quiroga —al igual que su infortunada antecesora— no gustaba de la vida en el monte y las peleas y violentas discusiones se volvieron diarias y permanentes.



En esta época de frustración y dolor salió a la venta una colección de cuentos ya publicados titulada Más allá (1935). A partir de su interés en las obras de Munthe e Ibsen, Quiroga se decantó por nuevos autores y estilos, y comenzó a planear su autobiografía.
 Pero los problemas familiares de Quiroga continuarían: su esposa e hija lo abandonaron definitivamente, dejándolo —solo y enfermo— en la selva. Ellas volvieron a Buenos Aires, y el ánimo del escritor decayó completamente ante esta grave pérdida.



Cuando el estado de la enfermedad prostática hizo que no pudiese aguantar más, Horacio viajó a Buenos Aires para que los médicos tratasen sus padecimientos. Internado en el prestigioso Hospital de Clínicas de Buenos Aires a principios de 1937, una cirugía exploratoria reveló que sufría de un caso avanzado de cáncer de próstata, intratable e inoperable. María Elena, entristecida, estuvo a su lado en los últimos momentos, así como gran parte de su numeroso grupo de amigos.



Por la tarde del 18 de febrero, una junta de médicos explicó al literato la gravedad de su estado. Algo más tarde, Quiroga pidió permiso para salir del hospital, lo que le fue concedido, y pudo así dar un largo paseo por la ciudad. Regresó al hospital a las 23.



Al ser internado Quiroga en el Clínicas, se había enterado de que en los sótanos se encontraba encerrado un monstruo: un desventurado paciente con espantosas deformidades similares a las del tristemente célebre inglés Joseph Merrick (el "Hombre Elefante"). Compadecido, Quiroga exigió y logró que el paciente —llamado Vicente Batistessa— fuera liberado de su encierro y se lo alojara en la misma habitación donde estaba internado el escritor. Como era de esperar, Batistessa se hizo amigo y rindió adoración eterna y un gran agradecimiento al gran cuentista.



Desesperado por los sufrimientos presentes y por venir, y comprendiendo que su vida había acabado, el soberbio Horacio Quiroga confió a Batistessa su decisión: se anticiparía al cáncer y abreviaría su dolor, a lo que el otro se comprometió a ayudarlo. Esa misma madrugada (19 de febrero de 1937) y en presencia de su amigo, Horacio Quiroga bebió un vaso de cianuro que lo mató pocos minutos después entre espantosos dolores.



Su cadáver fue velado en la Casa del Teatro de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) que lo contó como fundador y vicepresidente. Tiempo después, sus restos fueron repatriados a su país natal.



Obras publicadas

Los arrecifes de coral (poesía, 1901)


El crimen del otro (cuentos, 1904)

El almohadón de plumas (cuento 1907)

Historia de un amor turbio (novela, 1908)

Cuentos de amor de locura y de muerte (cuentos, 1917)

Cuentos de la selva (cuentos, 1918)

El hombre muerto (cuento, 1920)

El salvaje (cuentos, 1920)

Las sacrificadas (teatro, 1920)

Anaconda (cuentos, 1921)

El desierto (cuentos, 1924)

La gallina degollada y otros cuentos (cuentos, 1925)

Los desterrados (cuentos, 1926)

Pasado amor (novela, 1929)

Suelo natal (libro de lectura para cuarto grado, 1931, en colaboración con Leonardo Glusberg)

Más allá (cuentos, 1935)

El sillon del dolor (cuentos, 1937)

Amor de Madre (cuento,1939)

Nada mejor que soñar (cuento, ----)

El Tigre (cuento,1888)

miércoles, 6 de abril de 2016

historia - Militarismo

Militarismo

Los países centrales, en especial Gran Bretaña, durante la segunda revolución industrial,  procuraban adaptar las economías periféricas a sus propias necesidades, es decir recibir materias primas y alimentos, y colocar bienes manufacturados y capitales.
Para que esas "nuevas" economías ingresaran al circuito económico financiero mundial, debían producir cambios que los adecuaran al mundo moderno.
Se conoce como modernización del Uruguay al último cuarto del siglo XIX, en el que nuestro país experimentó un fuerte empuje, recibiendo dicho estímulo externo y produciéndose una dependencia cada vez mayor de los centros mundiales de poder.
Si bien en Uruguay, a partir del fin de la Guerra Grande, los signos de modernización comenzaron a manifestarse, fue a partir de 1876 que el proceso se hizo más notorio y coherente.
Le correspondió a los gobiernos militares del período 1876-1886, la tarea de crear las condiciones indispensables para la inserción del Uruguay en la órbita capitalista británica.
MILITARISMO 
Se le conoce como Militarismo al régimen en el que predomina el elemento militar en el gobierno del Estado, apoyado por grupos económicamente fuertes.
En Uruguay se le denomina "militarismo" a los años que van de 1875 a 1890, abarcando los gobiernos del Coronel Lorenzo Latorre, del General Máximo Santos y el del General Máximo Tajes.
Más allá de las condiciones internacionales, el país necesitaba de cambios internos, ya que las continuas  guerras civiles impedían el desarrollo económico, provocando la reacción de los nuevos grupos de poder.
GOBIERNO DE LORENZO LATORRE
Luego de finalizada la crisis política y económica del año 1875, y luego de un breve gobierno de Pedro Varela, un grupo de 5000 vecinos se dirigieron a la casa del Coronel Latorre, en la calle Convención entre Soriano y Canelones, y le manifestaron que él debía hacerse cargo personalmente del gobierno.
Latorre, seguido por un gran grupo de personas fue hasta la calle 18 de julio, cruzó la Plaza Independencia, caminó por Sarandí hasta el Fuerte de Gobierno, que entonces era sede del Poder Ejecutivo y donde hoy está la Plaza Zabala, entró al despacho principal y pronunció un breve discurso, y dijo: "yo no puedo ni me propongo hacer u gobierno ilustrado, pero os respondo que haré un gobierno honrado y decente""El pueblo libre y espontáneamente me ha llamado al gobierno".
Disolvió las cámaras legislativas, concretándose el golpe de estado y comenzó su dictadura, con el puesto de Gobernador Provisorio.
Aunque Latorre pertenecía al partido colorado, desde el inicio manifestó que no haría una política partidaria, por lo que  se rodeó de personalidades tanto blancas como coloradas, que actuaron independientes de sus colectividades políticas.
Si bien asumió el poder con el respaldo del ejército, no se valió de él para imponer su autoridad, no fue un gobierno de clase militar, ni lo desempeñó en beneficio de ésta.

Lorenzo Latorre era un hombre delgado, bastante alto, con cara muy seria. Era muy austero, por lo que siguió viviendo en su casa de la calle Convención, con su esposa e hijas. A la tarde, era muy común verlos sentados en sillones de mimbre en la vereda de su casa, saludando y charlando con sus vecinos.
En 1879 se realizan elecciones legislativas, las que nombraron presidente constitucional a Latorre, el 1 de marzo 1879, pero renunciará el 13 de marzo de 1880, aduciendo que "los orientales son ingobernables".
APOYOS AL GOBIERNO DE LATORRE
Ningún otro gobierno del siglo XIX logró tanto apoyo de las "fuerzas vivas" del país, es decir, de las clases altas rural y urbanas, los grandes comerciantes, así como los inversores extranjeros. Algunos de ellos intervinieron en el gobierno, y sin dudas fueron los grandes privilegiados de la política del gobierno de Latorre. También recibió el apoyo de todo el ejército.
OBRAS DE GOBIERNO
PAZ INTERIOR Y UNIDAD DEL PAÍS
La Constitución de 1830, vigente en ese momento, hablaba sobre la unidad del país y de las atribuciones del poder central, pero no se habían podido aplicar, ya que la autoridad de gobierno se ejerció a través de caudillos regionales, por esa razón, los sectores dominante exigían el fortalecimiento de la autoridad del Estado como condición necesaria para la economía. Para ello, era necesario modificar el aparato técnico del Estado y poder ejercer el pleno ejercicio de la autoridad.

Remington
EJÉRCITO
Cuando Latorre toma el poder, ordenó a varios cuerpos del ejército dirigirse hacia la campaña en apoyo de la policía. Estaba decidido a cortar con el abigeo (matanza de ganado) y el "matrerismo" (Fugitivos que buscaban el campo para escapar de la justicia).
Ahora los departamentos ya no serían fronteras que impedían a la policía perseguir delincuentes.
El ejército será modernizado con la utilización del fusil "Remington", cuyo uso estaba monopolizado por el Estado, tenía un mayor alcance y rapidez de tiro, a su vez el precio era caro para que un particular pudiera tenerlo. También se utilizaron los Máuser y los cañones Krupp.
Cañón Krupp

Rifle Máuser





COMUNICACIÓN Y TRANSPORTE
La utilización de ambos fue más con fines políticos que económicos.
TELÉGRAFO
Este fue un medio muy utilizado por Lorenzo Latorre para el ejercicio y control de la autoridad. Es así que todas las capitales departamentales quedaron comunicadas por medio del telégrafo, que era operado por empresas particulares, pero el Estado tenía planeado un sistema propio, en la que las comisaría de cada departamento estuvieran en contacto permanente con las jefaturas del lugar y las jefaturas de Montevideo.
Pero el elevado costo puso fin a este plan.

FERROCARRIL
El avance de las vías férreas había sido muy lento, pero tuvo un desarrollo extraordinario en estos años, constituyéndose en la segunda red de América del Sur en relación con su territorio.
En 1876 la compañía del ferrocarril fue comprada por una empresa inglesa y el gobierno le otorgó importantes privilegios, exonerando impuestos para favorecer su desarrollo.
Hacia 1880, había 287 Km de vías férreas, aumentando progresivamente hasta unir los puntos más alejados del territorio. En 1886, se inauguraba un puente sobre el río Negro, fundamental para la unificación del territorio .De esta manera, se posibilitó el traslado más rápido de los efectivos militares que podían enfrentar alzamientos revolucionarios.
CORREO
En 1877 el correo fue estatizado, creándose la Dirección y Administración General de Correos, con más de 200 agencias en todo el país. De esta forma, se dio un golpe al aislamiento del interior, organizando un servicio de alcance nacional.
JUSTICIA
La justicia se transforma en un organismo más eficaz y técnico. Los Alcaldes Ordinarios que eran los principales magistrados departamentales, fueron sustituidos por Jueces Letrados Departamentales. Además se crean varios códigos, como el Código de Procedimiento Civil (obra de Joaquín Requena) el Código de Instrucción Criminal (obra de Laudelino Vázquez)) ambos realizados en 1878, y el Código Rural.
En 1879 se creó el Registro del Estado Civil, por lo que el Estado controló el registro de nacimientos, defunciones, matrimonio, legitimaciones y reconocimientos, desplazando a la Iglesia, que solía hacerlo.
También se creó el Registro de Embargos e Interdicciones Judiciales.  
En 1885, se aprobó la ley de Matrimonio obligatorio, en el gobierno de Máximo Santos, por el cual sólo se reconocía como legítimo al matrimonio celebrado ante la ley; también se creó la ley de Conventos, cuya creación debía ser autorizada por el Poder Ejecutivo.
Durante estos años se crearon nuevos departamentos: Río Negro (1880), Rocha (1884), Rivera, Artigas, Treinta y Tres (1885) para disminuir las dimensiones territoriales de los departamentos existentes y mejorar su gobierno y administración.

AFIRMACIÓN DE AL PROPIEDAD PRIVADA
SEGURIDAD Y ORDEN EN LA CAMPAÑA
La campaña, principal fuente de riquezas del país, mereció especial atención durante el gobierno de Latorre.
La Constitución de 1830 mencionaba a la propiedad privada como sagrada e inviolable, pero la autoridad del Estado había sido débil frente a las guerras civiles, despojos, entre otros.
Mientras los poseedores de tierras podían aumentar sus campos, no se preocuparon por establecer el derecho de propiedad, pero ahora, los sectores más evolucionados de la clase rural quería racionalizar sus explotaciones, la cual exigía inversiones elevadas. Había que asegurar el pleno goce de la propiedad privada. Para lograrlo se tomaron varias medidas. 
CÓDIGO RURAL
Fue una pieza fundamental para las transformaciones del medio rural. Redactado por la Asociación Rural del Uruguay, y aprobado sin discusión, en enero de 1876, pero fue durante el gobierno de Latorre que se puso en práctica.
La gran preocupación de los redactores del código, era regular la situación de los propietarios de tierras y ganado, ya que existían los grandes latifundios, y los estancieros con minifundios y excesiva cantidad de ganado.
Para asegurar la propiedad sobre la tierra, se recurría al deslinde, amojonamiento, facilidades para el alambramiento, además de inscribir el título de propiedad del terreno con las medidas del mismo, registrado por las autoridades departamentales.
En cuanto a la propiedad sobre el ganado, se dispuso la marcación obligatoria del ganado vacuno, y el señalamiento del lanar, prohibiendo las marcas iguales. Se exigió el uso de guías para el traslado de animales de un departamento al otro, hacia Brasil y hacia los saladeros del litoral o Montevideo.

SEGURIDAD DEL CAMPO: El abigeato mereció atención especial, considerándolo un delito, y se le aplicaba fuertes multas o se pagaba con cárcel.
En cuanto a las condiciones de trabajo, el peón debía presentar un contrato ante un Juez de Paz, y no podía desligarse de su tarea hasta la fecha indicada; pero el patrono, si podía despedir al peón.
También se tomaron medidas drásticas para terminar con la inseguridad en el campo, apoyándose en el ejército y la policía.
Para terminar con la criminalidad, se realizaban ejecuciones sin juicio, enrolamientos forzosos en el ejército o se enviaban los presos al taller de adoquines, que se encontraba en la actual calle Yi, en Montevideo, donde se realizaban trabajos pesados obligatorios, como confeccionando adoquines que servían para empedrar las calles y caminos de la ciudad
"El taller era considerado el terror de la campaña, preferían morir antes que pasarse los meses labrando piedra" (Eduardo Acevedo)
El Presidente de la Asociación Rural del Uruguay, Domingo Ordoñana, afirmaba en 1877: "Va siendo habitable la campaña...se van resolviendo los problemas de seguridad en al vida y en la sociedad (...) Hoy el estanciero se respeta, el capataz obedece, el peón trabaja y la familia economiza (...) ¿Cómo no ha de estar prestigiada una era semejante".
ALAMBRAMIENTO
El proceso de alambramiento de los campos es había iniciado antes del militarismo, pero fue a partir de 1876 que adquirió un ritmo vertiginoso. Con este sistema se transformaba la estancia tradicional o cimarrona en estancia-empresa.
En el país ya existían los llamados cercos muertos: piedra, terrón, tapias, maderas secas, y los cercos vivos: como árboles y arbustos.
Es así, que los cercos de alambre tenían mayores ventajas, ya que la piedra, por ejemplo, solo podía emplearse en los lugares donde existía con abundancia, además el alambrado ocupan menos espacio, se construía rápidamente y  no dejaba menos huecos por donde se escapaban los animales.
Se procuró importar alambre sin impuesto para facilitar el cercamiento, tanto que en 1882 el 64% de las estancias del país estaban alambradas
Las consecuencias fueron muchas:
-afirmó la propiedad privada
-permitía establecer lo límites de los campos con claridad.
-ahorraba mano de obra, se necesita menos personal para tareas como rodeo o el cuidado del abigeo (robo de ganado).
-favorecía el cuidado de los animales mestizados, la alimentación y defendía al ganado de los extraños en los campos.
Una gran consecuencia negativa, fue la desocupación rural, llamada "tecnológica" porque las tareas de los peones fueron suplidas por el alambre. La décima parte de la población rural quedó sin empleo. Los expulsados de las estancias se establecieron en rancheríos o "pueblos de ratas" o emigraron a Montevideo.
CAMBIOS FINANCIEROS
Cuando llega Latorre al gobierno había una grave crisis monetaria (emisión de billetes sin respaldo en oro), lo que había obligado al establecimiento del curso forzoso. El gobierno se hizo cargo de la emisión, disponiendo la quema de esos billetes a medida que llegaban a las arcas del estado, admitiéndolos como pago de impuestos.
En 1876, se adoptó el patrón oro disminuyendo de esta forma el bimetalismo, reservando el uso de al plata solo para pagos menores.
En cuando al problema de la deuda pública, Latorre devolvió confianza a los acreedores, regularizando el servicio de pago, esto permitió mejorar el prestigio internacional del país y permitió la reanudación en 1879 de las relaciones diplomáticas con Gran Bretaña interrumpidas por esta causa en 1871.
La reducción del presupuesto del Estado fue encarada bajando sueldos, eliminando jubilaciones y pensiones de empleados públicos y del regimiento de cazadores y también con la desaparición de muchos cargos públicos.
Esto perjudicó a las clases sociales más humildes y benefició a las clases altas.
REFORMA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA
El proceso de modernización tuvo en la Reforma Escolar de José Pedro Varela, una de las manifestaciones más trascendentes.

Varela viajó a Europa y Estados Unidos a los 22 años (1867) recibiendo el impacto de las nuevas corrientes pedagógicas y recibió el influjo de la corriente filosófica del positivismo
A su regreso, funda la "Sociedad de Amigos de la Educación Popular" ayudado por Elbio Fernández, Carlos María Ramírez, Emilio Romero y Agustín de Vedia, entre otros.
Desde entonces comenzó su lucha para transformar el régimen escolar del país, siendo clave democratizarla, llevándola a todo el país.
Paradójicamente, fue el gobierno dictatorial de Lorenzo Latorre, el que lo llama para formar parte de la transformación más importante de la educación.
Aunque muchos amigos de Varela, en especial Carlos María Ramírez, desaprobaron la decisión de colaborar con una dictadura, pero José Pedro entendió que esta era una oportunidad para reformar la educación y justamente eso eliminaría los gobiernos dictatoriales en un futuro; ideas que se las dijo personalmente a Latorre.
Con su esposa Adela Acevedo
El 24 de agosto de 1877 se aprobó el decreto-ley de Enseñanza Común, consagrando el proyecto de José Pedro Varela, con sus tres principios básicos: gratuidad, obligatoriedad, laicidad.
Se pudo establecer que la educación fuera gratuita reforzando las fuentes de recursos que sostendrían a al escuela pública.
La obligatoriedad de la educación fue el pilar fundamental de esta reforma, pero en cuanto al laicismo, se tuvo que esperar y dejar que el catolicismo fuera enseñado a los alumnos cuyos padres así lo quisieran.
De esta forma, Varela crea un sistema educativo, fue un fundador, más que un reformador, Seleccionó al personal docente con amplia participación a la mujer, procuró una descentralización administrativa, inició la publicación de la "Enciclopedia de la Educación" y de los "Anales de Instrucción Primaria" necesarios para el estudio de los docentes.
Impulsó la construcción de escuelas, fabricación de material didáctico y la traducción de textos de estudio.
Lamentablemente, José Pedro Varela muere en 1879, a los 34 años, dejando su puesto de Inspector Nacional, a su hermano Jacobo.
"La escuela es la base de la república y la educación la condición indispensable de la ciudadanía".


Fuentes: -Historia uruguaya 7. El Uruguay de la modernización 1876-1906. Enrique Méndez Vives.
              -Libro de historia de 3er año. Editoria Santillana.
              -Libro de historia de 3er año C.B.U